Un grupo de chicos y chicas, de entre 7 y 14 años, van a vivir la breve fantasía de un mundo sin adultos. Sus respectivos padres les han dejado solos. Una enorme casa, en una lujosa urbanización fuertemente vigilada, es el escenario donde transcurrirán los días entre chapoteos en la piscina, videosjuegos y los primeros escarceos amorosos de estos jóvenes privilegiados que simplemente tienen que desear un Nesquik para que este aparezca sobre la mesa. Y, sin embargo, el tedio; ese ciclón al ralentí. No parece haber vida más allá del delicioso decorado que parecen conformar los perfectos jardínes, las enormes mansiones y los uniformes de colegio a cuadros. El mejor entretenimiento, colarse en las casas de los vecinos. Inocentes incursiones para curiosear en los armarios ajenos que derivan en episodios de naif vandalismo. No hay problema. Alguien pagará las facturas.
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