sábado, 18 de diciembre de 2010

La Mirada Invisible

Es el año 1982 en Argentina, y María Teresa es preceptora en el Colegio Nacional de Buenos Aires. Cuando María Teresa, persiguiendo un vago, quizá inexistente, olor a tabaco, comienza a esconderse en los baños de los chicos para sorprender a los que fuman y llevarlos ante la autoridad, poco a poco hace de ello un hábito oscuramente excitante. Nada pasa inadvertido a su mirada. La mirada del carcelero, del amo... o de un perverso. No es de la violación de las reglas, sino de su aplicación a ultranza, de donde surgirán la torsión y el desvío, de la rigurosa vigilancia de una completa rectitud, de la custodia inflexible de una normalidad total y atroz.

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