De repente, Alí tiene que hacerse cargo de su hijo Sam, un niño de cinco años al que apenas conoce. Como no tiene casa, ni dinero, ni amigos, se refugia en Antibes, en casa de su hermana, que los acoge cariñosamente. Tras una pelea en una discoteca, conoce a Stéphanie, una domadora de orcas en Marineland.
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